martes, 18 de febrero de 2014

Te echo de menos cabezon.

Buenas tardes cabezón, desde aquí abajo te echamos de menos, no pasa un solo día en el que no nos acordemos de tí. que corta vida, que pronto te fuiste. Quizás no fui la que más cerca estuve de ti, pero igualmente te echo de menos, tu sabías perfectamente lo tímida que yo era, por eso eras tu el que siempre venía a darme besos y abrazos, esos abrazos que te dejaban sin respiración, los echo de menos.
Recuerdo muy bien el día que te conocí en casa de Pedrito, viniste en Semana Santa a pasar las vacaciones a Sevilla, porque ese año estabas estudiando en Irlanda. Cuando terminó el curso volviste y ya te empecé a conocer mejor y que bien me lo pasaba contigo, tu hacías que dejase mi timidez de lado y que no parase de reirme contigo, habías descubierto mi debilidad, las cosquillas, te encantaba hacerme cosquillas, y a mi que me las hicieras... echo tantas cosas de menos.
Reconozco que me ha costado mucho escribir esto, todo el mundo te escribe cosas de lo mal que está y que le gustaría volver a verte... supongo que todos estamos igual y que es lo que toca, noto como cada día me encuentro mejor, y se que en parte es gracias a tí que me ayudas desde arriba, porque sí, yo creo que existe un cielo, que tu estás en él y que nos estás viendo desde allí y nos cuidas, eres nuestro angelito de la guarda.
Poco a poco me he ido convenciendo a mi misma de no llorar cuando pienso en ti, a veces lo consigo, porque sé que es lo que tu querrías, que nos acordásemos de tí con una sonrisa de oreja a oreja, como la tuya, pero nos es difícil de digerir toda esta situación, todo lo que está pasando.
El tiempo pasa y nada ha cambiado aparentemente y a la vez todo, ya no estás mas aquí, con nosotros, con tus abrazos, tus besos, tus locuras, tus ciegos constantes, benditos-malditos ciegos....
Benditos ciegos, benditos buenos momentos con tus amigos, los mejores, con esa gran fuerza que tienen, son ejemplo de unión y superación, pero necesitan tu ayuda, tu fuerza. Maldito ciego, maldita moto y malditas calles que te llevaron a ese desacierto, a pesar de todo le doy gracias a Dios por haberte puesto en mi vida, por haber podido disfrutar de ti al menos unos años.
¿Por qué tuviste que marcharte tan pronto? Tanto tiempo que te quedaba por vivir, tantos momentos que no vivirás. Se me hace tan raro pensar que cada martes y jueves paso por delante de tu casa para ir a voley y que nunca me volveré a encontrar contigo. Has dejado un gran vacío en muchos de nosotros y grandes recuerdos. Tengo que admitir que mas de una noche me he preguntado llorando al cielo que por qué tu, por qué no otro, que habría dado cualquier cosa por cambiarme contigo o cambiar a otra person, pero no a ti.
A veces te siento, siento que sigues aquí entre nosotros, que tu no te has ido, que podemos sentirte entre nosotros y que nos das fuerza, mucha fuerza y apoyo como siempre lo hacías con una gran sonrisa. Ahora necesito más de ese apoyo, necesito que me mandes fuerzas desde arriba porque lo que me queda es duro y sin tu ayuda no voy a conseguirlo. Y te pido esto que se que podrás hacerlo por mi, y no lo que verdaderamente me gustaría pedirte, algo que es imposible y que cualquiera pediría, un último día contigo, un último abrazo, un último beso, una última despedida, una despedida en condiciones...

No te entretengo más porque debes estar muy ocupado ahí arriba con tanta gente pidiéndote fuerzas, nos vemos pronto enano, cabezon, Juanito.
Un beso de la tierra al cielo

jueves, 30 de enero de 2014

A momentos


Ella, una niña estupenda, un buen partido, quizás demasiado bueno para él, nunca reconocerá lo que siente, no de nuevo, nunca se rebajará ni se tragará su orgullo, le observa tras unas oscuras gafas de sol mientras el se dispone a entrar en la fiesta, bajo su intento de ser dura sigue siendo la misma, apura el cigarro mientras el se acerca, no le gusta que fume, pero el ya no se preocupa por ella, ya se ha vuelto invisible.
Se da la vuelta y dirige los pasos hacia la barra, pide lo de siempre, algo fuerte, quizás para olvidar, quizás para saborear, mientras la espera, nota que algo roza su espalda, es él, que viene a saludar, tan radiante y sonriente como siempre.
El odio que ella intentaba retener, se esfumo en cuanto vio sus facciones marcadas. No cruzan mas de dos palabras, es todo lo que puede hacer antes de derrumbarse.
Llega la copa, al fin, hace uso de sus piernas y se va a la pista de baile, disfruta de la música, de la compañía y del olor a verano que poco a poco se agota, sonríe, canta, bebe, ríe, pero tocan su canción y chilla, pero se acuerda de que la bailo con él y cual imán busca su mirada hasta encontrarla y ahí esta él, con un vaso, algo sin alcohol probablemente, le sonríe sigue bailando, pero él la agarra por detrás frenando su baile, se miran pero pronto ella se da cuenta de que no sienten lo mismo, sus sonrisas no son para ella, mira por encima del hombro y ve a la chica que dejó en la barra, sonríe y alega una mala excusa, le da un beso en la mejilla y le hace prometer que cuidará de su juguete nuevo.
Da la vuelta y se dirige hacia la puerta, haciendo que sus tacones suenen lo mas fuerte posible, ocultando sus verdaderos sentimientos y mostrando todo el orgullo que tiene y una pequeña mueca de suficiencia.
Y vuelve la rutina de tener que odiarlo, a momentos.

martes, 21 de enero de 2014

Te lo dije

Yo sabía que esto pasaría, y te juro que hubiera preferido equivocarme y no tenerte que decir "te lo dije". Cuando me llamaste por teléfono y me contaste entre lágrimas se me rompió el corazón, yo sabía que esas cuatro no eran de fiar. Tu misma me lo decías antes de convertirte en una de ellas "Míralas, como manipulan a las demás para hacer lo que quieren, son todas unas falsas" eso me decías. Jamás pensé que algún día serías una de ellas. Y ahí estaba yo, en el otro lado del teléfono, consolando a la que un día fue mi mejor amiga. Eran tantos los buenos momentos que pasamos juntas que no podría enumerarlos, te echaba de menos y tu eso lo sabías, y sabías que por eso yo iba a estar allí para ayudarte, después de todo lo ocurrido. Yo te di mis mejores consejos y te tranquilicé y tu te separaste un poco de ellas. ¿Pero a quién vamos a engañar? Yo sabía que las cosas no volverían a ser como antes, como al principio. Aunque ahora tu sabías que ellas no iban a estar ahí para apoyarte en los momentos difíciles, te volverías a juntar con ellas, y yo volvería a no estar dentro de tu vida hasta que tu me necesitaras, pues sabías que yo si iba a estar ahí. Y bien ¿es eso justo para mi? ¿por qué no te dije nada de cómo me había sentido durante estos meses? No fui capaz de reprochártelo, simplemente te ayudé. Ahora que las cosas han vuelto a la normalidad, vuelves a ser una de ellas, y yo te echo de menos.

lunes, 20 de enero de 2014

El tiempo nos cambia

Los días pasan y seguimos igual pero miramos hacia atrás y todo ha cambiado, todo es diferente. Recuerdo lo fácil que era antes quedar un viernes todas juntas por ejemplo, quedar en una casa para maquillarnos y vestirnos, salir con taconazos y disfrutar de toda la noche como si no hubiera un mañana. Ir con esos vestidos con los que todo el mundo se te queda mirando pensando vaya estilazo. Salir a bailar y creerte la reina de la pista, beber hasta emborracharte y no poder parar de reír. Siempre lo hacíamos todo juntas, hasta que nos cambiamos de colegio y solo tres seguimos en el mismo. ¿Que cambió entre nosotras? ¿Eso es la madurez? ¿Cambiar de amistades o darte cuenta de quienes son tus verdaderas amigas? A día de hoy estas son mis preguntas. Supongo que aun me queda mucho por aprender y que muchas de estas preguntas me costarán trabajo responder. Unas se fueron porque pasaban más tiempo con los novios que con las amigas, otras se pasaban de divertidas dando de que hablar por la ciudad... gracias a dios todavía había alguna que se salvaba. La gente no lo nota, pero ya no somos las mismas, hacemos planes diferentes y después nos juntamos en la calle para que parezca que todo sigue igual, pero no lo es. ¿Para que quieren un grupo de whatsapp si nunca quedamos? Es como un grupo que solo sirve para enterarnos de cotilleos, todo falsedad. Solo me gusta estar con ellas, al completo, en las fiestas, el único momento en el que parece que nada ha cambiado. Y bien, ¿como  hemos llegado hasta aquí? pues no lo sé: lo único que sé es que hasta aquí llego yo. Ya no me preocuparé más de reunirnos a todas a la vez, ahora le voy a dar tiempo al tiempo para que pongo las cosas en su lugar, que yo me quedo con las mías, con las que siempre están ahí, con mis ángeles, las que nunca fallan.